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¿Quién es Lince? Soy un ser humano que ve en la realidad situaciones amargas y dulces. La metáfora, como una manera de ser implícitos, es mi modo de ofrecerle mis perspectivas sobre diversas cosas de el mundo que hemos creado. Espero lo disfruten.
"Límite es la palabra que define el momento en el que debes detenerte ante la dificultad de que tus decisiones no recaigan enteramente en tu voluntad". L.P

Momentos Creativos

Momentos Creativos
Fabro grafics

diciembre 30, 2012

Para el gitano frente al conocimiento constante



Las personas son lo que son, cambiantes.

Aunque no quieras pensar en nada, lanzarte al vacío de la rabia, la incertidumbre y dolor, sólo deprimen la pureza de la tierra de tu corazón que necesita de buen abono. ¿Qué es lo que lleva a que ella se escape de tu vista y se niegue a atender tus llamadas mientras está frente a otro hombre? acaso, ¿te quiere dar celos?

Tampoco puedes exponer tu carne, joven de experiencia aún, a las ráfagas de metal ensordecedor de una guerra que no es tuya y has ido buscando para tejer una distracción frente a tu tristeza. Perderte de todo y todos es posible, hasta cierto punto, porque no puedes perderte de ti mismo y de lo que los demás han dejado y han hecho de ti.

Los paños de agua tibia que estás buscando no cubren tus heridas más allá de la capa superficial, mientras derriten el hoyo de cera, agrandando el espacio quemado. No valorarás lo que intento decirte, porque tus decisiones, motivadas por vacíos desatendidos, te están inyectando la adrenalina de la renuncia con mucha insistencia. Procura no arrojarte con estas drogas en la cabeza, cuando se disuelva su efecto, te causarán arrepentimiento.

Si quieres arrancar la raíz de la mala hierba que deforma la curva de tus labios, piensa en la razón última de tu tristeza. Piensas en que el motor de tu fuerza ha perdido su energía. Trataste de ser alguien para y por ella... para los dos, pero no para ti. Viste en su felicidad, la tuya. Pero ahora que ella no llora tu ausencia y tienes los oídos llenos de concreto para tus palabras, ahora que su sonrisa crece con otro sol tostado y muele el suelo con su baile, tú no estás feliz... ¿Tus actos han sido más que nacidos para complacerla? Si no tienes voz propia, ¿cómo esperas que las canciones que entonas le aceleren el pulso?

Te fusila pensar que su amor no arde de forma que te satisfaga, y que en su pueril ira, ella no asuma su carácter negativo con suficiente claridad.

Dices, que quieres respeto. Esperar de la gente, es la base de la esperanza en la repercusión que los actos propios pueden generar en los demás. Pero, esperar no implica obligar a que se haga, se piense, se ame, para que tú sientas lo que quieres y como lo quieres sentir.

Por costumbre, se esperaría que ella debería hacerlo, pero su libertad, y la libertad de su amor, se resumen en el punto de encuentro donde nace o no lo que tú anhelas para ti. Aún con el desagrado que se produce en ambos al plantearlo con tal claridad, ya ha venido pasando.

No es cuestión de merecer, porque todos merecemos respeto, pero la libertad a medias pierde su estructura y su naturaleza. Imponer o rogar te hiere en el intento arbitrario.

Las personas no resultan ser lo que creíamos y queríamos ver que eran. Muchas son más y otras menos, pero todas diferentes, más profundas. Parte de amar es darse cuenta que en cada encuentro se conocen, se indagan, se decepcionan e iluminan, de formas y combinaciones sin límites.

Hay cambio, porque no se puede ser estático y los caminos se dibujan en diferentes ritmos.

No puedes esperar que tu sangre sea dogma para que obligue un resultado. El sacrificio voluntario se inmola en el aire sin esperar ser reconocido más que por sí mismo. Se da lo se quiere dar, si el eco de los actos resuena o se convierte en silencio, el acto sigue siendo una realidad existente.

Conozco el arco iris de tus ojos y las gamas que han adquirido. Conozco, acepto y sonrío cada situación. Sé quién has sido y qué te ha hecho feliz, que aunque no siempre será lo mismo, te hace más fuerte que este primero, segundo o decimoquinto amor.

Descubriste un nuevo color en su paleta. Otra ella, que es y no es la misma que tú tenías por ella. Más no tienes por qué aferrarte a una piedra que va al mar, si no te quieres mojar. No respires por lo que han o no hecho, por el ideal que te hiciste de la ella anterior y que dista tanto de la ella actual.

En tu libertad decidirás diariamente si se dan la oportunidad de conocer o si dista de ti tanto que se quedará como quien solías conocer.

diciembre 28, 2012

Al travieso juan.

Él es un hombre sonriente. De dientes grandes y ojos tan oscuros que sólo al sol se le distinguen las pupilas. Ser hipócrita, dice él, es su gran defecto. Subir con la marea y dejar que la espuma se desvanezca en su prepotencia.

No es alto, no es bajo; es flaco. Saluda con una chispa de veneno en la punta y calla con la ternura de un cariño real. En su saliva se disuelve la verdad para salir camuflada con ironía. Con las manos largas enrolla los rulos naturales de su pelo, habla en otras lenguas, pero trata con la igualdad de la desigualdad. Es cuestión de que sabe que ser intuitivo y práctico con sus emociones, mientras sus pensamientos se vuelven agua en la saliva y piedra en el aire.

El enigma de su verdad, queda para su corazón. Nosotros nos conformamos con saber que el calor de su abrazo se da y se queda en el presente. En la realidad que los ojos no logran traspasar.

Se irrita cuando no valoran su trabajo y piensa que en camino largo hay desquite.Se relaja en lo serio y se pone intransigente en las bobadas que no le digan poeta ni cínico. Trabaja a su ritmo y observa acelerado. 

Simplemente, es él y sólo él quien resuelve el interrogante que todos le ponemos sobre la cabeza. Sólo él es capaz de desnudar su sonrisa. Sólo él es capaz de deslizar la cortina de hielo para darle paso a una dama engalanada que se pondrá a conquistar la tierra de su corazón. 

diciembre 18, 2012

Manifiesto primero

Afortunados apátridas nosotros a los que el sol cercenará el corazón, sin que ello sea motivo para que éste deje de palpitar.

El mundo perderá sus fronteras y perderá la globalización. Perderá la xenofobia y la xenofilia para reconocer que los hombres son más que su nacionalidad. Después de que la tecnología colapse, después de que la soberbia materialista llore por su ineficacia ante fenómenos sobre naturales, manos delicadas y mentes brillantes serán necesarias para que, una vez destruida toda la materia infértil que ha eliminado en nombre del negocio a la libertad individual, la técnica, la razón y la lógica vuelvan a nacer en beneficio real y natural del hombre.

No sin miedo, recibiremos en nuestras manos este manifiesto en la diestra y el mundo en piezas punzantes para reconstruirlo en la siniestra, que ya no será malvada, sino reconocida como digna trabajadora siendo otra herramienta de nuestro cuerpo. Costará tiempo y sacrificio emocional el romper con los apéndices que nos han reemplazado en las acciones más humildes, hornos, calentadores y cosas "inteligentes", que por soberbia ignorante hemos consideramos que quienes no las poseen son pobres. Como si la única riqueza fuera acumular. Desentumiremos el cuerpo, la voluntad y el cerebro.

Nos enfrentaremos al verdadero reconocimiento cuando la sociedad esté tan asustada y fragmentada en la oscuridad, que hasta aquel que antes resultaba inexplicable y caprichosamente desagradable nos arrancará una lágrima de alegría por saber que aún existe y es lo único que tenemos cerca.

Nos enfrentaremos a la tristeza de la incertidumbre sobre aquellos que se quedaron lejos. A los que partieron de casa, a los que el teléfono y el internet nos ponía en la sala.

Encontraremos que las vocaciones reales de cada uno, saldrán a la calle, sólo con el interés genuino de actuar. Intereses libres de toda búsqueda siempre inútil, pero en ese entonces mucho más evidente, de dinero o poder, intereses en lo que nos lleva a cuidar el alma, la pasión e identidad de cada uno.

Sufriremos por la costumbre de acumular, y acumular datos. El bolsillo nos parecerá más útil para cargar duraznos y la memoria nos reprochará no haberle dedicado más tiempo. Volvemos a valorar lo poco impreso; y la oralidad impuesta por la falta de imprenta y grandes almacenamientos nos hará más atentos a escuchar lo que nos dicen.

La sal la medida. La necesidad nos hará fuertes. Y siendo iguales en capacidades, en libertades, los que realmente despierten y actúen harán girar a la sociedad a su reconstrucción. Sin aprovechamientos, sin mentiras, sin ideas que fuera del abstracto son prostituidas.

Nos uniremos en grupos, buscando refugio para el miedo que lo inesperado nos ha sembrado. Nuestras manos se harán más duras, nuestros pies se trasladarán por el pasto y el río nos cubrirá con cuidado. El asco nos sacará vísceras más fuertes y haremos las cosas bien, porque no hay otra forma.

Nos quebraremos entre los que maldicen el incidente solar y los que admiten que el cambio borró todo. Cabrá recordar que lo que existe sin nosotros, se ha fusionado con nuestra creatividad para ayudarnos. Recordar que nosotros creamos... ya no podremos dañar.  Recordaremos que es una bendición que no hayamos perdido, y por el contrario habremos ganado aún raspándonos con la realidad, la verdadera y creativa humanidad.

Habrán necesidades que nos sacarán sangre, gritos y fuerza. Empujaremos al abismo a las máquinas inertes que nos desangraron.

Nacerán médicos de los ingenieros, obreros de los doctores, ingenieros de los artistas e investigadores de abogados. Nacerá en cada persona la necesidad de reencontrar un camino un futuro y no quedarse humectando el suelo por lo que no volverá.

Los historiadores nos contarán la realidad que ayudó a nuestros ancestros; y todos nosotros, cada uno, al rededor de un refugio, aprendiendo a hacer fuego puro, relataremos como libros vivos, que pasarán en el nuevo mundo, historias tan reales que serán dignas de ficción.

diciembre 13, 2012

Al soldadito de leyes.

No temas, hombre que ha tenido el corazón brillante. Las raíces de una vejez que tu cuerpo no refleja están en la grandeza humilde de tus pensamientos curiosos, en tus caminatas con libro en mano y en la compañía apasionada de tu guitarra.

Has desplazado las tardes rodeado de arquitectura colonial, las charlas sobre política e historia, los amigos con la pipa, porque estás enredado en tu edad y la tensión de un sueño que por prudencia no quieres romper. 

Conozco tus sentimientos y cuánto sueñas con poder vivir en los días en que las raíces florecen sin dejar de crecer. Recuerda que aún si el amor falla, te hace grande, te refleja y no te priva de amar y de amarte.

Sin confusión y comprendiendo que la soledad también enseña, no dejarías que te engañara la idea de que la persona con quien estás molesto cederá a tus peticiones por ternura eternamente. Tampoco ignorarías los gestos mezquinos, los odios profesados sin prudencia, ni olvidarías tu sueño de un amor libre. 

Ella está afianzada en una piedra, sintiendo que es tu dueña, sintiendo que eres su bolso, su edecán, su mozo, su niñero y mandadero. Ella se refleja en una familia que detesta y te arrastra, sin que percibas, a hacer lo mismo para demostrarle cariño.

Su fortaleza está aferrada al opuesto contractual, donde el amor sabe a costumbre y las clausulas pesan más que lo espontáneo y dinámico del amor, con el que tú sueñas, atormentado en un árbol delgado que vive este conflicto amoroso como el menor de tus problemas. No es cuestión de objetivarse y de merecer, es cuestión de crecer.

El amor es más que palabra y charla. Más que guerra de poderes, besos y reconciliaciones, es un apasionado consenso que se construye con voluntad y respeto. 

Frena tu bicicleta y has que la rueda de tu cabeza no te maree. No creas, como ella, que el huir de la puerta y asegurarte en otra te traerá más independencia. No creas que sostenerte activo y productivo por ella va a ser diferente que hacerlo por tus padres... el único que debe estar satisfecho de sí mismo, eres tú.

¿A dónde irás, a pelear por una estabilidad vendida como un sueño americano que por la inmadurez de ambos se quedará en el día a día, el arriendo y la posibilidad de volver a estudiar algún día? 

No eres un juguete, para su cama, ni un mayordomo, para sus tareas. No dejes que el día te pese como pesa el agua que se desperdicia mientras otros mueren de sed. No dejes que manipule tus fibras y te convenza de quedarte pasmado, antes que solo. No dejes que mañana el tiempo se te escurra por la piel para que al mirarte al espejo veas que no hiciste tus sueños porque ni siquiera lo intentaste hoy. Si temes perder el tiempo, deja de temer y arriésgate a hacer para ganar.

El dinero es un medio que no es sinónimo absoluto de riqueza. No puedes dejar que por la asfixia de ir a buscarlo forzosamente, tu camino como persona quede en un segundo lugar. El respeto no se compra y quien te ofende, se arrepiente y vuelve a disminuirte no te cuida como una madre, sólo te tiene porque le perteneces.

No olvides en que el peso de su amor, puede convertirse en odio y su voluntad está dispuesta a ello pues lo contempla como un experimento, en el que si algo falla todo se vuelve retractable.

He visto tus ojos dilatarse cuando narras tu pasado y las historias de tus ancestro; el orgullo de tu historia llenar tardes enteras mientras muestras viejas monedas; el valor que le das y el que adquieres al pensar en viejas en enseñanzas; la ilusión gitana de tus venas trasformarse en acordes vibrantes y noches alegres. He visto tus intereses culturales, tus ideologías políticas y tu niño preguntón activarse ante la oportunidad de aprender. He visto parirte a ti mismo en muchos intentos, no te quedes quieto.

Sé que para despertarte mis discursos son insuficientes, sé que sólo el tiempo puede tumbarte los lentes de aumento con el que ves tu romance.

Eres libre y quieres seguir desesclavizándote para serlo, no te quedes con el silencio amargo y metálico que recubre las cuerdas de tu garganta. Porque si la sociedad nos imprime cadenas en la piel, porque si te prohíben hablar de lo que tú consideras correcto, ¿dónde sino en tu mente puedes ser libre?

diciembre 09, 2012

Pequeña autoreclamación y autoconsuelo vespertino.

Las mentiras se degradan como una cáscara de huevo pisada.  Al único al que le rindo cuentas es al que mentalmente le pido que me mantenga en su noble pobreza.

Reflexionar sobre lo teológico se ha vuelto un monólogo al viento y los filósofos se quedaron susurrando, con la fama de los maestros, mientras que el mundo se deshidrata de pensamientos.

Nadie se salva de este vicio, ni siquiera aún quienes logramos afirmar su existencia. Visible por la sombra escurridiza que captamos un buen día en el que la luz decide acompañarnos. 

El vicio ronda nuestras mentes reemplazando los sueños, llenando de uranio nuestros pensamientos y de plomo y de petróleo el futuro. Entonces, cada grano de arena disperso se recoge por miedo a no poder escapar del incendio de las playas de nuestra humanidad. Ardiente sociedad.

Todos tan solos y tan vulnerables. Tan conscientes y tan somnolientos en medio del cementerio de formol que nos rodea.  Tan sólo si el mar de la esperanza pudiera reunirnos y las estrellas bajaran a consolarnos.

Decimos verdades, pero nos opacan las mismas mentiras ponzoñosas con las que hemos nacido. Sólo la verdad sabe la intención de nuestros latidos por despegar las capas de polvo que la historia nos ha adherido.  Sólo la verdad sabe lo eternamente nuevo que trasportamos dentro.

diciembre 03, 2012

0"Monólogo Inverosímil de la chica con el estómago roto".

Fuimos novios durante dos años. Largos y amargos. 

Recuerdo que físicamente no me gustó, lo evadí. Pero creí en su alma y la negrura de ésta me sacudió y arrastró hasta dejarme pegada a mi cama inundada en llanto. 

Sin importar lo que este impedido me planteaba como reto a mi amor propio, yo se lo dí todo. Le creí, le amé y me convertí en una sombra que a todo le decía que sí.

No me apoyó cuando mi cabello se deshilachó y las inyecciones me arrancaban sangre y lágrimas. Pues una vez habíamos terminado, su Osita pasó a ser el trapo que cuelga de la caneca con manchas que aún siendo de él le repugnaban.

Se burló de mí, de y en cada espacio de mi cuerpo y de mi vida. 

Lo odio y lo digo con este vidrio bruñido que llevo en mis ojos; que separa mis lágrimas, de lo que los demás ven de mí. Soy un cascarón roto, pegado con babas y mentiras, que guarda un corazón que se vacía gota a gota en el suelo.

Soy un árbol carcomido por las termitas de su ensañamiento ¿Qué hice para merecer su crudeza y ni siquiera su hipocresía? ¿En qué clase de estorbo me convertí, que para obtener una vida sin mí, prefirió rayar mi piel con la cuchilla de su lengua? ¿Porqué se sentaba a mis espaldas y escudriñaba en una red virtual sobre mis capacidades mentales, cuando antes me había alabado por mi inteligencia? 

No... eso no se hace.  Ahora me ahogo entre regaños familiares por no seguir con él, porque hasta mi abuela creía en sus promesas.

Me tocó cargar con un problema de dos que decantan en uno. 

Cargué con todo yo sola. Cargué con la delicadeza de mi moral, con las esquirlas de mis alegrías enmohecidas, amohosadas por mi llanto. Cargo aún con la mentira de un alivio producto de mi ficción, que tan frágil como mis deseos de vivir, se trata de estabilizar en la tormenta muda que me golpea.