Repentinamente, mi sueño se trunca. Siento que en mi pecho arde una mínima pizca de rencor. La impotencia aumenta el malhumor. Estas ironías de la vida y por supuesto sus injusticias ¿no son consecuencias de nuestros actos?... al menos, se sabe que no son cosas para cortarse las venas.
Una mirada endurecida y perdida, un desgano que se apodera de mis gestos ¿Qué se puede decir frente a algo que no es injusto pero que aún así hiere? Creo que si no encuentro una solución, posiblemente no pase nada… sólo siga existiendo, relegando el poder calmante a las garras del tiempo.
No es nada de importancia como para prestarle atención; creo que esto no tiene sentido alguno, como tampoco lo tiene todo lo que escribo. Qué es lo que busco entonces aquí… Qué es lo que salen… ¿versos? No… no pueden ser versos porque tan sólo son frases corrientes y mancilladas que no valen ni una lágrima ni una sonrisa. ¿Qué me esta motivando entonces? Creo que es la sensación de impotencia que me mueve internamente. Creo que es la cortada de hoja de papel que molesta mi ego y mis sentimientos.
Si lo que escribo de nada vale, de nada vale lo que pienso… necesito ese algo para contar y necesito ese pretexto para lograrlo… pero qué tengo… nada… nada de sentimientos… nada de qué preocuparse… nada que hacer… nada que ver… nada… sólo una hoja en blanco.
Una hoja en blanco es el punto de partida para una gran obra en el corazón de las artes.
ResponderEliminarUna sonrrisa es lo que se escurre en cada alma al encontrar otra que por estos lindes canta pero no hay que olvidar que si se descuida la molesta cortadura de papel se pede comvertir en una gangrena