"Acento de transgresión".

Supongo que un paso más. Entonces miro hacia atrás y veo que eran detalles que no había querido admitir. Con puertas abiertas miro el mundo ahora más tranquila con mi interior. No quiere decir que las cosas externas a mi no ejerzan un fuerza tan destructora que me desgarra pensar en las culpas ajenas que buscan succionar mi sangre para expiar sus pecados.

Creo que si muero hoy... moriría impávida. En un equilibrio sórdido con el que no me conformo. 

Quién diría que los ojos cambiarían para fijarse en un sólo rostro... un(os) acentos. 

Acento que acentúa el sinuoso camino evanescente.

El flautista ha tocado y se ha llevado las ratas tras de él... a donde a mi no me interesa mirar cómo un montón de adolescentes desesperadas y llenas de ideas insensatas se devanan los sesos por un esperpento con peinado de moda. 

Como con una barba de abejas, me siento picada a pensar en muchas cosas. Quien diría que la solución para la amargura de la vida es sentir la muerte asechando.

Me refresca la idea de un dulce diluvio de tranquilidad... al menos interna... de lo que puedo controlar.

Aún sería muy complejo procurar trasgredir mis límites... paciencia. Tal vez, en otro contexto, en otro mundo, con personas diferentes se materialice mi sonrisa real.

Entonces, miro en mi mente las imágenes de las personas que me rodean, más allá de las que usualmente han estado. Reflejos de sonrisas... algunas más atractivas que otras. Algunas más dulces... aunque faltará ver qué tan sinceras.

Dame otra sonrisa. Porque me gusta sonreír. Así como te veo sonreír involuntariamente a través de los ojos.

Presiento que quiero que el caballero se desborde, se extralimite, evolucione. Quiero que pomada por pomada refresque mis heridas y me haga sonreír sin dificultad con ingenio genuino.

Finalmente, entonces reviso otros pasos y sonrío porque la profecía racional no estaba tan desubicada paso a paso se aprende... se vive... En una clase presencial de como vivir... una experimental... una humana que sensibiliza los poros ante la realidad.