No importa la oscuridad en la que mis ojos han estado por tu ausencia. Te puedo asegurar, cariño, que aún con vendas, la luz que mantienes viva dentro de mi pecho, sale siempre a encontrarse con el recuerdo de tu forma de amar y con la ilusión de pronto verte.
Veo los negativos de nuestras imágenes mientras trenzamos con delicadeza las cintas de agua que comienzan a crecer de la unión de todos nuestros orígenes. Somos árboles en un bosque, que con tiempo, amor y destino crean con sus raíces un lugar secreto bajo la tierra; un hogar junto y único.
Es claro que el sendero del túnel debe ancharse para que quepan cada vez más recuerdos, momentos, experiencias y sonrisas; es claro también que el sendero debe alargarse para que podamos caminar en él y construyamos nuestro propio mundo bajo el alimento sagrado de nuestros ancestros y nuestra experiencia. La luz está encendida, los cimientos fijos, si juntamos nuestras herramientas el mañana será una obra de arte sin límite en la que podremos pintar día a día con la espontaneidad de una sonrisa.
Te saludo, renovada por tu presencia. Rodeada en este viento ondulante de tus besos, del buen día venidero, de los brazos abiertos. Te anhelo, rebosante de imaginación, con la proyección de paisajes frescos, cálidos y desconocidos.
Y no solo me gusta, siento que es una pequeña idea de lo que en repetidas ocasiones se genera en el corazón. La representación de esos silbidos que son anonimato, la interpretación de esas pinceladas de amor puestas en el lienzo. Creo que no hay nada mas correcto que decir que la vida es y siempre sera "una obra de arte"...
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