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¿Quién es Lince? Soy un ser humano que ve en la realidad situaciones amargas y dulces. La metáfora, como una manera de ser implícitos, es mi modo de ofrecerle mis perspectivas sobre diversas cosas de el mundo que hemos creado. Espero lo disfruten.
"Límite es la palabra que define el momento en el que debes detenerte ante la dificultad de que tus decisiones no recaigan enteramente en tu voluntad". L.P

Momentos Creativos

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enero 29, 2011

0"Noventa días de Vigía"

90 días de vigía… El Soldado, de rifle cansado y rostro sudado, comienza a desfallecer, resistiendo débilmente en este terroso campo de batalla minado de ojos oscuros  y de lenguas expectantes a su presencia y error.
“El Enemigo”, su amado enemigo, avanza sin saber hacia donde avanzar y toda alianza que previamente formó se arraiga con dulzura.
Soldadito de Plomo, ¿qué es lo que te sucede? – El no poder disfrutar del amor… para lo cual no hay quien me consuele. El soldado está cansado de esperar pacientemente; de los desarmes ineficientes que le dejan otra esperanza rota y nada más.
Las balas lo han herido en las piernas y en el pecho. Las balas le han aniquilado mentalmente, al punto de imaginar un compromiso con la dulce muerte.
Dentro de su cerebro bélico, habitan gusanos rechonchos  que piensan en una absurda competencia… pero ¿qué tiene que ver esto con la verdad? Poco, nada o mucho… es igual. Como en toda guerra, es necesaria la existencia de una victima, de un mercenario y un motivo… qué sentido puede tener ésta, donde todos sus participantes no son más que porcelanas que rodean una peligrosa pelea mental de polos opuestos,  de perros rabiosos alrededor de un dilema.
Los cañones enemigos han rellenado cuerpos con fuego e incendiado toda esperanza de victoria… Para completar, las provisiones llegan cada vez más tarde y distanciadas que las anteriores. Esta situación continúa  privándole del alimento que le mueve a luchar… barriga llena y corazón…. por lo menos estaría satisfecho, pero cómo estarlo si lleva ya un mes sin ver avance ni de victoria, ni de consuelo, ni de romance.
Pero aquel sonriente Enfermero sigue allí, como si no pasara nada. Le mira de frente, prometiéndole un mundo mejor y un futuro de mieles… pero al tiempo le inyecta una maldita morfina a un soldado del ejército contrario mientras El Soldado espera y llora internamente por un antibiótico que sane o apacigüe sus infectadas heridas. Pero mientras El Soldado duerme como puede, el Enfermero cobija y abriga en las noches al soldado del ejército contrario. Que tortuoso apego. Este enfermero negligente es el verdadero enemigo… ¿alguien sabe quién puede luchar contra aquel que le cuida?
Soldadito de Plomo ¿qué es lo que te sucede? – El no poder disfrutar del amor… para lo cual no hay quien me consuele.
Ha sido una guerra de enemigos invisibles, de trincheras y escondites; una guerra en la que no hay límites ¿En el amor y la guerra todo se vale? … al menos este juego sucio le arrinconaba contra una moral bipartidista y gris que cambiaba bipolarmente con cada encuentro.
Y entonces, pregunto porqué esta guerra, para qué. En respuesta, sale al horizonte el sol anaranjado del amanecer cegando los trasnochados ojos por unos cuantos segundos; y después, dejándome divisar todas las ondulantes banderas que representan las conquista que este enemigo ha hecho en el corazón, cada bandera en alto representa un pecado, una victoria, una perdida y una confusión. Deja ver también escudos brillantes que se atiburran para armar una muralla de animadversión en contra de lo natural y cíclico. Elevo la vista un poco más, y veo unas nubes que lloran la nueva, la acostumbrada y tormentosa decepción cercana. No hay respuesta… me ignoran y el mundo sigue girando, así no más.
Soldadito de Plomo ¿qué es lo que te sucede? – El no poder disfrutar del amor… para lo cual no hay quien me consuele.
¿Acaso no hay amnistía para un mercenario de corazones con inocentes pretensiones?
¿No hay perdón para este soldado derrotado en voluntad y vencedor en sentimiento?
¿No hay solución para el dilema-guerra que El Enemigo vive?
Soldadito de Plomo ¿qué es lo que te sucede? – El no poder disfrutar del amor… para lo cual no hay quien me consuele. El Soldado no descansa ni duerme… El Soldado se evapora y ya no existe… es solo idea y no material.
En esta guerra vagabunda y farragosa, El Enemigo… el Enfermero eres tú…
¡Mercenario de sueños! Cómo amas explosionar cosas, romper papeles y hacer que te alaben el ego. No puedo juzgarte porque somos el mismo monstruo que devora anhelos y se refresca con la carne y sangre ajena.  Maleante de ilusiones, o como quiera que las ninfas te nombren, ¿dónde escondes aquel tesoro que en el paraíso como recompensa no corresponde? Dime si debo renunciar a saborear el pecado de nuevo. Dime, dónde encuentro tu esencia y cómo clonarla ¿Debo buscarla con rosas en la mano? o mejor debo dispararle a la esperanza infantil y olvidarme todo lo bello que podría ser una guerra donde no haya ejército, ni vida, ni camino, ni contexto sino sólo la vibrante energía de esta victoria.
Pedestal de incertidumbre, ¿dónde será la próxima vez que batalle? ¿al lado de tu hábitat? o en la niebla tacaña que guarda todos los errores perfectos y ambiguos de nuestra existencia.
Soldadito de Plomo ¿qué es lo que te sucede? – El no poder disfrutar del amor… para lo cual no hay quien me consuele. Este soldado reprocha la insensatez, esa que le enferma pero que provoca.
Te grito un alto sin revés, pero te aliento un sigue porque amo tu ballesta de sinceridad, que perfora cualquier actuación artística o estratégica que intente botándola a la basura y dejándome sin poder responder ni una palabra mas. Dejándome expuesta en la desnudez de la consciencia que ya exploras con soltura.

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